El legendario nadador estadounidense Michael Phelps, ganador de 23 medallas de oro olímpicas, ha alzado la voz contra el uso de sustancias prohibidas en el deporte. En declaraciones recientes a ESPN, Phelps defendió su postura de imponer suspensiones de por vida a los atletas que den positivo en pruebas de dopaje. Según él, la justicia y la equidad en el deporte están en juego, y no hay lugar para los tramposos en las competiciones.
Phelps, quien ha sido sometido a miles de pruebas durante su carrera, afirmó que su éxito fue logrado de manera limpia y transparente. Además, expresó su frustración por los casos de dopaje que han empañado el deporte, especialmente cuando afectan a atletas que han dedicado años de esfuerzo para competir en condiciones justas.

"Un positivo y estás fuera": la postura firme de Phelps

Michael Phelps no dudó en ser directo sobre el tema del dopaje: "Si tienes un resultado positivo, nunca deberías volver a competir. Así de sencillo". El nadador dejó clara su postura de tolerancia cero hacia aquellos que buscan ventajas injustas mediante sustancias prohibidas.
Esta declaración cobra relevancia al recordar el caso previo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, cuando 23 nadadores chinos dieron positivo por trimetazidina, una sustancia prohibida, pero fueron absueltos y autorizados a competir. Para Phelps, estas situaciones representan una falta de igualdad en el deporte.
"Si las pruebas no son iguales para todos, entonces tenemos un problema serio. Eso significa que no hay justicia ni equidad en el deporte", aseguró Phelps.
El estadounidense también compartió las dificultades emocionales que enfrentó durante su carrera, al ser acusado de manera injusta de usar dopaje. "Me llamaron tramposo, pero tengo pruebas claras de que siempre competí limpio. Me hicieron pruebas de sangre y orina cada semana, y mis resultados están ahí para demostrarlo".

El impacto del dopaje en el deporte olímpico

Phelps destacó cómo el dopaje afecta no solo a la competencia, sino también a los sacrificios y sueños de los atletas. "Es desgarrador ver a personas que han trabajado cuatro años, o más, para competir en los Juegos Olímpicos, y que pierdan sus oportunidades porque alguien decidió hacer trampa", declaró.
Para él, el dopaje no solo desvirtúa los resultados, sino que también afecta la credibilidad del deporte. Phelps hizo un llamado a las autoridades para implementar sistemas de pruebas más rigurosos y consistentes que permitan identificar a los tramposos de manera eficaz.
El nadador también reflexionó sobre los momentos en los que sospechó que algunos de sus competidores usaban sustancias prohibidas: "Creo que no siempre competí en condiciones justas, y hay casos en los que sospeché de otros atletas. Pero eso está fuera de mi control".

Un mensaje de esperanza y cambio

A pesar de las dificultades y frustraciones que compartió, Michael Phelps concluyó con un mensaje de esperanza para el futuro del deporte. Él cree que la lucha contra el dopaje es esencial para preservar la integridad de las competencias y motivar a las nuevas generaciones de atletas.
"Quiero que los atletas jóvenes sepan que es posible alcanzar grandes logros de manera limpia. Yo lo hice, y otros también pueden hacerlo", afirmó.
Además, Phelps instó a los organismos deportivos a adoptar sanciones más estrictas, como la prohibición de por vida para aquellos que den positivo. Según él, este sería un paso crucial para garantizar un campo de juego equitativo para todos los atletas.